Hacía mucho que no veía a los castañeros y el olor me chifla.

Estuvimos en Ochoa, que es una confitería muy famosa en Sevilla y nos pusimos hasta las manillas. La verdad que con la dieta hacía tiempo que no merendaba así, pero creo que antes de la dieta tampoco.
Nos comimos un muffin de chocolate, una palmera de chocolate y nos bebimos un batido helado de chocolate, cómo no. Como es de esperar, para las que nos apasiona el chocolate, estaba tod riquísisisisisisisisisimo.

Pues en realidad a lo que íbamos era a hacerme la foto de la orla. Que me parece un horror pero las madres, ¡ay! las madres que todo lo pueden.